UNO DE LOS CUATRO PATIOS
La mayoría de los detenidos era reagrupada dentro de cuatro patios que eran al corazón de la vida carcelaria. En la planta baja de cada patio estaban los calefactores y los talleres donde pasaban el día los detenidos. En el primer piso estaban las “mazmorras” y los dormitorios donde dormían por la noche. El paseo cotidiano se desarrollaba a un ritmo infernal; la “ronda de los zuecos”, ritmada por el “uno, dos” de los carceleros simbolizaba una disciplina muy dura dentro del presidio de Eysses. No obstante, tras la llegada masiva de nuevos resistentes en el otoño de 1943, la administración penitenciaria no consiguió mantener un control tan estricto como quería de los prisioneros que pretendía marginar.
Autores : comité de redacción - Traducción : Paulina Brault.
Fuentes : Asociación de Amigos de los antiguos detenidos patriotas de la Central de Eysses (Amicale des anciens détenus patriotes de la centrale d’Eysses), L’insurrection d’Eysses, éditions sociales, 1974. Corinne Jaladieu, La prison politique sous Vichy. L’exemple des centrales d’Eysses et de Rennes, L’Harmattan, 2007.
República de Eysses
Del régimen penitenciario a la « República » de Eysses
Gracias a las presiones ejercidas diariamente por más de mil dos cientos detenidos, los resistentes lograron imponer modificaciones profundas al régimen carcelario muy estricto de la Central. Se reunieron dentro de un mismo Colectivo y para ser representados ante la dirección, eligieron a dos delegados, un comunista y un gaullista: Henri Auzias y Stéphane Fuchs. El Colectivo, que era conocido por parte de las autoridades, también permitió una organización clandestina, igualmente pluralista que preparaba política y militarmente la tentativa de evasión colectiva para alcanzar al combate exterior. El detenido volvió a ser lo que ni siquiera era al exterior bajo el régimen de Vichy, es decir, un ciudadano libre de pensar y actuar, entre paredes bien vigiladas, no obstante.
La organización dentro de los patios
Al llegar a Eysses, los detenidos políticos, que en mayoría pertenecían a grandes movimientos de Resistencia (Combat, Libération, Franc-Tireur et Partisans, Front national de libération), ya habían sido encarcelados repetidamente, así que habían adquirido varias experiencias en materia de unidad y organización colectivas. Querían ser tratados con dignidad, instauraron relaciones colectivas de solidaridad y de ayuda entre ellos y reafirmaron su compromiso a favor de la liberación de Francia. Los detenidos comunistas, mayoritarios, propusieron a los detenidos gaullistas que se reunieran en el Frente nacional de detenidos, con vistas a formar un “Frente de acción común”. Designaron a Stéphane Fuchs, gaullista, y a Henri Auzias, comunista, para representar a los detenidos ante la dirección del penitenciario.
Cada patio contaba con dos delegados (un comunista, un gaullista), oficialmente encargados de adelantar las reivindicaciones ante la dirección. También tomaron parte en las reuniones clandestinas inter-patios. Se nombró a responsables para organizar varias faenas en cada patio: limpiadura, solidaridad, distracciones, educación…
La primera preocupación era encontrar un equilibrio en la representación igual de todos los movimientos resistentes que existían en la Central así como encontrar máxima eficacia. Así se le confió al comandante Bernard, socialista, el mando militar (“Batallón de Eysses”) en virtud de su experiencia durante la guerra civil española. El resistente Paul Weil, del movimiento Franc-Tireur se encargó de la enfermería. La dirección de la enfermería fue confiada al doctor Paul Weil, del movimiento Franc-Tireur. La estrategia llevada a cabo dentro de la Central respondía a la necesidad de conseguir la unidad a fin de poner en pie la evasión y luego la reanudación del combate. Como sucedió la unidad, los detenidos lograron implementar una organización estructurada con el fin de preparar la evasión colectiva.
Batallón de Eysses
De la preparación física a la instrucción militar, el « Batallón de Eysses »
También se implementó dentro de la prisión y de manera clandestina una organización de tipo militar, que luego fue conocida bajo el nombre de « Batallón de Eysses » (reconocido después de la guerra como Batallón FFI-Unidad Combatiente), cuyo único objetivo era la preparación de una evasión colectiva para alcanzar la Resistencia y participar a los combates de la Liberación.
Los hombres estaban estructurados en grupos de diez, gaullistas y comunistas mezclados, secciones y compañías, el conjunto formando un batallón encabezado por un estado mayor bajo la dirección del comandante Bernard así como la comisión militar del Frente nacional. Los españoles permanecieron agrupados, aunque se integraron a la organización general a través de sus aportes invalorables en términos de experiencia en los combates armados.
Se organizaron cursos de instrucción militar y de manejo de armas, bajo manto de los cursos autorizados. En la perspectiva de la evasión, la educación física regular se volvió obligatoria en enero. Fue confiada a monitores deportistas titulados: al lionés Jean Chardonnet, ciclista de alto nivel en la vida civil y al profesor de deporte Marcel Cochet del movimiento Libération que trabajaba en el liceo Lalande de Bourg-en-Bresse.
Los guardias de la resistencia que apoyaron la resistencia
En cada patio, se seleccionaron a detenidos para que sirvieran como intermediarios con los guardias de cárcel amigos, también llamados « electricistas » (un apodo dado por los resistentes). La dirección de los detenidos les dio unas directivas muy precisas así como consejos para reclutar a sus colegas. Quince guardianes alcanzaron así la Resistencia dentro del “Frente nacional de los guardias” (dirigido por G. Dumas), a los cuales se añadieron los tres guardianes que participaron activamente en el éxito de la evasión de 54 detenidos, el 3 de enero de 1944.
El 19 de febrero de 1944, algunos de ellos desempeñaron un papel esencial en la conducta de las operaciones, en particular informando a los resistentes del día preciso de la llegada del Inspector general de Vichy, acto que provocó la insurrección.
Las manifestaciones patrióticas
Entre las conmemoraciones organizadas en la central, las más numerosas fueron las manifestaciones patrióticas. Sabemos que estaban prohibidas afuera por las autoridades de ocupación y que sus líderes arriesgaban el encarcelamiento. En tal contexto, su organización dentro del espacio carcelario revistió un gran sentido político. En Eysses, varias manifestaciones de primer orden fueron organizadas, en particular la del 11 de noviembre de 1943. Esta jornada fue la ocasión de consolidar la unión entre centenas de detenidos de todos horizontes, reagrupados desde hacía poco. El programa mezclaba divertimientos (lectura de poemas, coral) y acciones políticas con fuertes tintas patrióticas.
Una universidad en la cárcel
La sed de conocimientos de los detenidos políticos se podía explicar por varias razones, pero, sin duda, la más importante era la que resultó de una toma de conciencia directamente ligada a los ideales de la Resistencia. En la lucha por la Liberación, los cursos y la instrucción eran verdaderas armas y particularmente en la Francia liberada, porque representaban pruebas de una participación eficaz y activa en su reconstrucción, apoyándose en las bases conformes al programa del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR).
Otra razón era de índole psicológica: había que evitar la holgazanería que actuaba en el estado de ánimo.
Por fin, los cursos autorizados servían de tapadera a los cursos políticos clandestinos.
Esta sed de instrucción fue fomentada por los principales líderes. Resultó que los detenidos obtuvieron por parte de la dirección carcelaria la autorización de recibir libros de estudio, cuadernos y papel así como la posibilidad de celebrar cursos.
Creación y cárcel
La colección excepcional de cartas, diarios, cantos, poemas, fotos, dibujos, objetos realizados en la Central representan tantos testimonios de la creatividad de los detenidos políticos de Eysses. Permiten comprender a los hombres que se escondían detrás de los presos. Unos retratos de detenidos, en particular, lograron devolverles su humanidad así como su condición de hombres libres.
Además de realizaciones personales, una comisión dedicada a las distracciones estaba encargada de organizar espectáculos y otras actividades recreativas como sketches, cantos y obras de teatro que tuvieron lugar en una sala especialmente acondicionada en la parte superior de la capilla.
Fiesta de la juventud
Competición deportiva inter-patios
El 16 de enero de 1944 fue organizada en la Central una « fiesta de la juventud » (el 31,5% de los detenidos tenían menos de 20 años). Tras la evasión de 54 detenidos a principios de enero, se trataba de canalizar la energía de los jóvenes, de contribuir a la elevación del estado de ánimo, e incluso de cimentar la unidad del grupo y fomentar la formación política. Unas competencias deportivas se organizaron en el patio 3, mientras que una reunión política celebraba la unidad de la Resistencia bajo la autoridad del general de Gaulle, cuyo retrato gigantesco estaba erigido por encima de la tarima.