Cerca de la medianoche, el estado mayor de los detenidos intentó negociar varias veces con la jefatura de policía por teléfono, pidiéndole al prefecto que les dejara salir, poniendo énfasis en los rehenes que entonces detuvieron. Su petición fue rechazada. Auzias dirigió las negociaciones con otros líderes del Colectivo: Pierre Doize, Stéphane Fuchs, Victor Michaut, Edouard Aubert, Toussaint Raffini, Jean Coin, Henri Turrel y Claude Leroy. Sin embargo, los milicianos habían acudido a los alemanes quienes dieron un ultimátum de un cuarto de hora antes de bombardear la prisión. Llevaron al director Schivo quién prometió que no habrían represalias y quién les confirmó a las autoridades que no había sufrido ningún tipo de maltrato. Todos los testigos insistieron en la actitud especialmente apática del miliciano, muerto de miedo y que iba justificándose por varias actitudes engañosas. No les fue otorgado ningún plazo a los detenidos. Así que, para evitar el bombardeo de la Central y salvar tantas vidas como posible, los detenidos liberaron a los rehenes, devolvieron las armas (once metralletas y ocho granadas), antes de volver a los dormitorios, a eso de las cuatro de la mañana.

Autores : comité de redacción - Traducción : Paulina Brault.
Fuentes : Asociación de Amigos de los antiguos detenidos patriotas de la Central de Eysses (Amicale des anciens détenus patriotes de la centrale d’Eysses), L’insurrection d’Eysses, éditions sociales, 1974. Corinne Jaladieu, La prison politique sous Vichy. L’exemple des centrales d’Eysses et de Rennes, L’Harmattan, 2007.