El tiempo de la represión
El tiempo de la represión El 23 de febrero de 1944 a las once de la mañana, 12 resistentes del batallón de Eysses, víctimas de las represalias del gobierno de Vichy, fueron fusilados en el patio donde se solía tender la ropa. Eran Henri Auzias, Fernand Bernard, Roger Brun, Jean Chauvet, Louis Guiral, Alexandre Marqui, Gabriel Pelouze, Félicien Sarvisse, Jaime Sero-Bernat, Domenec Serveto-Bertran, Joseph Stern y Jean Vigne. Frente al pelotón de ejecución francés, se negaron a que se les vendaran los ojos y cantaron la Marsellesa y el “Chant du départ” (la “Canción de la partida”). Al día siguiente y a pesar de la prohibición, unos habitantes de Villeneuve vinieron a adornar las tumbas con flores, en el cementerio de Sainte Catherine de Villeneuve-sur-Lot. Tras la Liberación, la pared donde se hallaban los pelotones de ejecución fue llamada el “paredón de los fusilados”. Este sitio de memoria luego fue inscrito en el inventario adicional de los monumentos históricos, para recordarnos lo que fue la Francia de los tribunales militares. Los homenajes patrióticos, punto clave entre las conmemoraciones anuales de Villeneuve-sur-Lot desde 1945, siguen perpetuando la memoria de esos hombres, todos “Caídos por Francia”.
Autores : comité de redacción - Traducción : Paulina Brault.
Fuentes : Asociación de Amigos de los antiguos detenidos patriotas de la Central de Eysses (Amicale des anciens détenus patriotes de la centrale d’Eysses), L’insurrection d’Eysses, éditions sociales, 1974. Corinne Jaladieu, La prison politique sous Vichy. L’exemple des centrales d’Eysses et de Rennes, L’Harmattan, 2007.
La investigación y el tribunal militar
El 20 de febrero, Joseph Darnand, Secretario de Estado del Interior, fue a Eysses. Los interrogatorios empezaron en los patios, en la mañana del 20. También fue organizada una inspección general de la prisión. Se descubrieron las armas escondidas en el patio de la enfermería. Los detenidos fueron cacheados y todo lo que les pertenecía fue destruido. Las brigadas móviles de Limoges y Tolosa acudieron como refuerzo para llevar a cabo el interrogatorio de los 1.200 detenidos, entre los cuales sólo uno habló.
Tras los interrogatorios, cincuenta rehenes, considerados cabecillas, fueron conducidos al pabellón de aislamiento. Al terminarse la selección de los rehenes, siguieron los interrogatorios toda la noche, en el sótano, bajo el apartamento de Schivo.
El consejo de ministros nombró a un tribunal militar que llegó a Eysses en la noche del 22 de febrero. El 23, a las cuatro de la mañana, se puso a examinar a puerta cerrada 14 actas entre los de los 50 rehenes. A las nueve y media se pronunció la sentencia, sin ninguna defensa o ningún alegato: hubo 12 condenas a muerte.
Las ejecuciones
El 23 de febrero, a las once menos diez de la mañana, los 12 condenados fueron conducidos de la lavandería al patio donde se tendía la ropa. Henri Auzias empezó un requisitorio en contra de Schivo y de sus cómplices, antes de entonar la Marsellesa, coreada por los detenidos del pabellón de aislamiento. Los GMR dispararon y remataron a los 12 a quemarropa.
La reacción de la población
La reacción de la población de Villeneuve en cuanto a la ejecución
Luego, hubo que poner a los fusilados en una fosa común. El personal penitenciario, escandalizado, se negó a hacerlo. Por miedo de una manifestación por parte de la población de Villeneuve, los fusilados no fueron depositados en el féretro antes del alba. Se le advirtió a la población que cualquier manifestación, cualquier desfile o adorno de las tumbas con flores estaban terminantemente prohibidos. El mismo día, fueron adornadas con flores por la población, en particular por Marguerite Belloni, así como en los días siguientes.
Traslado a la prisión de Blois
Los demás rehenes fueron traslados a la prisión de Blois, el 18 de mayo. Luego, fueron deportados a Dachau en el convoy del 2 de julio de 1944, llamado el “Tren de la muerte”, en referencia al gran número de muertos durante el trayecto.